Para los que ya no sienten, una gota de
cabeza.
Para los que nunca amaron, litros de
cerveza.
A esos que no lloran, agua para las
heridas.
A esos que amenazan con tanta
despedida.
No quise herirte, tampoco amarte.
No quise tenerte ni chuparte la sangre.
En cosa de dos, tres no entran.
En caso de perdón, todo son quejas.
No eran contratos. No hablaba de
pactos.
No solía pensar ni siquiera en el
fracaso.
Tampoco del viento supe que hacer,
pues te fuiste casi sin aparecer.
Así lo llevaron los malos contratos,
todos los asuntos que un día
incendiamos.
No busco cadenas que aten sin piedad.
No tengo ni un puto gramo de bondad.
Que el frío me quema
¿Qué se la va a hacer?
Si para dos mierdas que pides
no sabes que hacer.
Sólo aire. Sólo dolor.
No vuelvas, por favor.
Felicidad, no aparezcas de nuevo.
No sabré que hacer si te veo.
Un grito por palabra
Y no sabes que decir,
tan sólo te desgarras:
Libertad, ¡Ven a mí!
No hay comentarios:
Publicar un comentario