El 2013 se va como vino: por la puerta de atrás y sin ser notado.
Entró sigiloso en mi vida, y casi sin darme cuenta se adueñó de ella. Y ahora todas nuestras mentes repiten al unísono esa mítica frase ... "ya ha pasado otro año más" y sin embargo, han cambiado las cosas mucho más que otros años.
Este año ha sido año de hacer locuras, de cambiar puntos de vista sobre cosas que jamás nos hubiéramos imaginado. Ha sido año de reír y de llorar... sobre todo de llorar.
Hemos descubierto que en quien confiábamos quizás no era el más indicado. Nos han estafado, tanto económica como emocionalmente. Han ido matando nuestros sueños a pies puntillas y nosotros, de tan ocupados que estábamos mirando a nuestro propio ombligo ni siquiera nos hemos percatado.
Y sin querer he madurado, supongo que siguiendo el camino que voy marcando, tropezándome con tres piedras y dando un mísero paso. Pero tocaba. Quien era hace 365 días ya no me importa, porque soy la versión 2.0 de mi misma, y menos mal. Más libre de miedos, más abierta a vivir como de verdad quiero, con las cosas más claras y la mente bien limpia.
2014 va a ser un año valiente, porque hay que tener huevos para venir con la que está cayendo. Pero si hay algo que sea imposible, lo es parar el tiempo, y aunque no quiera ni asomarse este 1 de enero, no le queda otra.
Como a nosotros, no nos queda otra que esperar a ver como se solucionan las cosas, porque nuestras fuerzas y nuestras ganas de luchar, de tanto hacerlo, han muerto entre las tintas de esos sueños por cumplir. Nos dicen que no perdamos la esperanza, que seamos emprendedores.... já! Se creen que con palabras se curan nuestros corazones, pero los hechos hablan por si solos: no queda ni una gota de afán por salir de ésta. Todos los habéis rendido ante cuatro peces gordos que se hacen llamar gobernantes. Somos el pueblo, y les ganamos en masa. Daros cuenta de una vez de que si queremos, podemos. Pero yo sola no puedo.
Ha sido un año de inundaciones, catástrofes naturales, de asesinos que sueltan porque si, de peligros nuevos en las calles. Ha sido año de grandes muertes. Nos abandonó un gran alma que ha dejado desalmado a medio mundo, ese pequeño hombre negro que hizo digna la lucha por la libertad. Y esta noche brindaré por ese trocito de historia que tanto he admirado. Se fueron otros, y vinieron nuevos pequeños que nos han hecho recordar lo bueno de la vida.
Ha sido año de desgracias y alegrías, pero sobre todo de desgracias.
Año de perder lo que jamás querrías soltar, y de ganar lo que jamás imaginarías.
Para poner broche final a estos 365 infernales días, uno tras otro, desayuno el mismo yogur de siempre con las mismas galletas. Esta vez esa ilusión por cambiar de año la tengo camuflada, y no lo celebraré hasta que 2013 esté enterrado definitivamente.
Y aunque haya sido un año de mierda, gracias a los que habéis seguido incondicionalmente a mi lado. Gracias a las nuevas grandes personas que he conocido. Gracias a los que me habéis hecho llorar, porque me habéis hecho más fuerte. Gracias a los que me habéis ayudado a levantar cuando he caído. Y gracias a los que he descubierto que son grandísimas personas y yo no me había dado cuenta
Olvidemos este año y empecemos de nuevo.
Os deseo a todos lo mejor.