martes, 27 de noviembre de 2012
Nada mejor que...
No hay nada como ver el sol reflejarse en la sonrisa de quien amas, cualquier día a primera hora de la mañana. Ver que ha dormido ahí, a tu lado, que no ha dejado vacío ese lado de la cama. despertar y oler su fragancia incrustada en la funda de tu almohada, y esnifar hasta que tus pulmones se quedan sin aire, y tu sin respiración.
Nada como escuchar esas notas de tu canción preferida al final del día, acompañándote en tu cama para hacerte dormir. Esas que poco a poco forman melodías en tu mente llamando a la inspiración para que venga a verte, justo segundos antes de soñar. Con esa fragancia incrustándose en tu cerebro, con esos labios que aullan por sus besos, esos "echo en falta" que a veces te callas sin pensar en perder la batalla.
No hay nada como respirar el frío aliento de las calles asfaltadas cualquier día de madrugada, tras haber atracado tu petaca de tequila sin pensar ni un instante en la vida. Ese aliento, que ojalá fuese el suyo, solo para soldar vuestros labios sin permitir escapar a ese "te amo".
Que ojalá esta noche estuviesen aquí esos ojos que tanto amaste, esa risa que tan armoniosa retenías en tu cabeza, esos besos que tanto añoras, ese corazón que tan bien te explota.
No hay nada como acabar sin haber acabado, odiar habiendo amado, desaparecer permaneciendo al abrigo del día en que recibas un "te quiero", querer decir lo que tanto has deseado, lo que te quema, lo que te está matando.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Fieras desbocadas.
Hartos de tan simple coincidencia.
De que cuando el viento sopla
ya nuestro amor no vuela,
y tranquilas ya no se encuentra a
nuestras conciencias.
Malditos meses de verano
que cada minutos nos arrebataron,
y que sin poder respirar,
malamente nos abandonaron.
Sin
dejarnos caminar
el con el otro, de la mano
Maldita la hora en que llegamos
a tan crueles palabras.
Las que casi sin saberlo
se llevaron nuestras almas
hacia el pozo más profundo,
ni tan vagabundo ni moribundo.
Mendigando algún verso
que nos desencadene de deseo
de volver a probar nuestros incansables
labios.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Irracionalidad atrapada.
Cosas que empiezan justo tras acabar
otras. La vida que dan esas pequeñas cosas a las almas en pena que
se ven correteando por las calles. Niños, adultos, ancianos. Nadie
como tú. Y de repente, SOLEDAD.
Estar deseando un abrazo, de otro alma
rota, o probablemente no tanto como la tuya, pero deseándole. No
sabes que acabar haciendo con tu vida. Vacío, sólo vacío aquí
adentro. Y eso no es lo que quieres. No será lo que buscas, ni tan
siquiera lo que encuentres.
Dar sin querer recibir.
Pensar sin amar la
preocupación.
Amar sin sufrir...
Quizás, amor sin amor.
Confiar sin vestir de
dolor.
Amanecer tan solo, con
calor.
No necesitar un ardor
para prender el fogón.
Tristeza es lo único que
aprecian tus ojos, descoloridos ya de tanto llorar.
¿Enserio crees que puedes
seguir así?
Descoloca tu vida otra vez. Como hace
un año por estas fechas. Manda a la mierda al mundo, y sé feliz...
Conmigo. Sin tí.
martes, 6 de noviembre de 2012
Justos somos los justos.
¿Por qué perdemos? O ¿Por qué
ganamos? ¿Quién decretó que la vida fuese una
batalla contra algo?
Si que lo es, contra ese sentimiento
inconfundible y descentrante. Enloquecedor de nuestras neuronas. Pero,
¿Por qué no siempre ganar?
Fácil: Justicia.
¿JUSTICIA? ¿Enserio me habláis de
justicia ? Vosotros, que no tenéis ni idea de lo que es. No tenéis
ni idea de lo que es pasar las noches despierta imaginándote a su
lado y segundo tras segundo recordar cada momento pegados. Recordar
cada caricia sobre tu piel, cada gota de su aliento entrando en ti.
Cada primera vez que hizo algo nuevo. ¿Enserio?
Ésto no es justo, NUNCA. Y siempre
acabas hundido en el barro. Siempre pierdes, nunca ganas la milésima
parte de la batalla,
Y batalla tras batalla sientes que poco
a poco vas perdiendo las fuerzas para luchar contra algo tan
irremediablemente hiriente.
Que esto no es bonito, joder. Que si de
cada minuto en una nube pasas cinco hundida en el subsuelo no hay
justicia presente. Ni siquiera se divisa a lo lejos en la lejana
línea del horizonte.
Horizonte que perdemos de vista cuando
buscamos el mar.
sábado, 3 de noviembre de 2012
Fraudulento intento de invierno.
Hacía frío, era de noche y la espesa
niebla cegaba mis párpados. De repente entraste, y no sabía dónde
meterme. Me buscabas y yo miraba sin querer verte. Sin embargo, las
voces de mi alrededor me señalaban como culpable. Y así era
imposible buscar cualquier escondite que me agazapara entre la
multitud, evitando tus ojos, asesinos de mi razón.
Corriendo hacia atrás, tapando mi
rostro con mi pelo, recién alisado, suave como la seda, deseoso de
volver a ser peinado. Y tú, buscando a toda prisa mis labios entre
tantos, sólo los míos, recién pintados.
La gente sucumbía a nuestra busca,
pero yo me escondía, miedica, entre tanto barullo.
Poco a poco la muchedumbre fue
desapareciendo, desvaneciéndose en figuras que acabaron siendo
transparentes a mis ojos. Ya sólo te veía a ti. Pero no te quería
cerca. Que permanecieras ahí, inquieto y paralizado, era lo mejor
que me hubiese podido ocurrir esa noche. Pero no fue así, Tú,
arrancaste a encontrar mis ojos, a quemar mi piel. A llenar el
pañuelo de sollozos en mi amanecer.
Tú y tu tozudez, y yo y mi ignorancia,
hicieron que aquella noche valiera la pena, aunque acabásemos hartos
a cerveza. Y a la mañana dando mil vueltas a la cabeza.
Y ahora si, resurge mi nostalgia, así
de repente, llegando consigo mi alma encadenada, que encontró su
llave aquella madrugada.
Aquella noche todo fue sueño, emoción,
escalofrío y temblor.
Dormimos, crecimos y creímos. Y así,
lo vivimos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
¿Conocerme? Atrévete.
- Inéstopía.
- Somos lo que el mundo nos deja ser. Soy lo que mi rebelión contra el mundo me hace ser. Soy una sonrisa pegada a una cara. Un sueño inés-perado que me hizo creer en mí. Soy una melodía que suena infinitas veces durante el día. Soy la armonía más desorganizada que pudieses encontrar y la chica cuyos sueños son imposibles, pero sigue soñando pese a todo. Un espíritu luchador que NUNCA, ¿me has oído? NUNCA, se cansa.