lunes, 25 de marzo de 2013

Y así nos va.

Bien, veámos: ésta es tu vida.
Te ha tocado vivirla, sin complejos, prejuicios, sin más dilación. Te toca vivir como el mundo te plantea que tienes que hacerlo, ¿sometiéndote a la sociedad? ?¿ME ESTÁIS VACILANDO? Eso pensamos todos en el momento en que rompemos el cascarón que nos protege de la cruel realidad: la infancia.
Sí, es paulatino, pero nos hacemos mayores y nos vamos dando cuenta poco a poco de que el mundo nos va dando por el culo.

Ese lugar al que llamamos, a gusto del consumidor, “Mi mundo” “el mundo de yupi” o simplemente, “mi refugio”. Este mundo, que comienza a hacernos imposible la existencia nos obliga a abandonarlo. Nuestro mundo irreal, probablemente encerrado entre las cuatro paredes que forman tu cuarto, en el que siempre estamos a gusto, todo es como queremos y nadie nos va clavando puñales por la espalda. Ese es mi mundo.

Y algo que tengo claro es que, a mi, nadie me entiende. Ni siquiera yo misma. De ahí que a veces mi existencia se divida en “la yo que sabe lo que quiere” y “la yo que se lía por todo, se agobia, y se deprime” De ahí que algunos sólo conozcáis una de esas facetas y otros me conozcáis al completo.

Pero mi propósito con éstos párrafos no es descubrirme y desnudar mi alma ante vosotros, lectores; porque, si alguien se descubre voluntariamente, ya no tiene gracia.

Cada uno de nosotros está en el mundo por una razón: unos para hacer cosas importantes (la mayoría) y otros, para sujetarse los mocos mientras dominan el planeta (Los políticos y demás “fuerzas de élite” -que de élite tienen lo que Martin Luther King de Blanco (sin ánimos de ofender, adoro a la gente de color)) Aunque sí es verdad que no hay que generalizar, hay políticos de puta madre, (y otros de madre puta, todo hay que decirlo).

Cada persona, una misión. Es como si al inicio de todo ésto que nosotros (¡AY! ¡Ilusos!) llamamos “Vida” a cada uno se le haya asignado una tarea. A los inteligentes las tareas más precarias, y a los gilipollas, el control de las cosas mas importantes. Y así nos va.

Pues bien, yo no tengo ni idea de cual es mi tarea. Quizás dedicarme a lo que en verdad corre por mis venas, la música; quizás salvar vidas como una enfermera más o quizás mochila al hombro y a ver mundo.
No tengo ni idea, lo único que tengo claro, es que con miedo no se va a ninguna parte. Gracias.

martes, 5 de marzo de 2013

El moho de tu pasado.

Eh, carcelero. No me guardes en recuerdo,
que si sigues viviendo entre el moho de tu pasado, lo llevas claro, majadero.
No bailes entre la nostalgia que asola tus noches de luna llena,
 que no tienes suficiente oro pa' pagar a esta prisionera.

Crees firmemente que podrás vivir alimentándote de tu pasado, créeme , que el que se alimenta es él de ti. Te reconcome aquel recuerdo de un amor, y tú dejándote comer.



¡AY! Pasajero del olvido, 
eres poco más que un crío perdido.
 Y pa' encontrarte necesitas las plumas del diablo
 que aún te aguarda dormido.

¡AY! Si supieras como anhelo el olor de tus dulces besos.
 El calor de tu logrado pecho. 
El Abril de tu sonrisa y esa copa de sangre 
enredada en tus cortinas.



El dormir entre algodón no curó tu destierro. 
Te convirtió la piel en lija y terciopelo. 
El desierto de tus ojos se abre en pedazos al cielo de mi ombligo. 
Y mientras, yo, esperando a mi bandido.

La vela en la que pasas tus noches no se puede comprar con tierno amargura,
 que si se entera la Luna, 
no te dejará dormir ni una hora a la sombra de su abrigo.



¡AY! Pasajero del olvido, 
eres mucho más que un hombre maldito. 
Que pa' encontrarte necesitas de un alma melliza 
que no te contemple.

¡AY! Si te hicieras una idea de cuánto maldigo tus ojos. 
De cómo aguanto a la melancolía cada día. 
Del porqué de que en todo lo que escribo 
acabo matándote a trozos.

¿Conocerme? Atrévete.

Mi foto
Somos lo que el mundo nos deja ser. Soy lo que mi rebelión contra el mundo me hace ser. Soy una sonrisa pegada a una cara. Un sueño inés-perado que me hizo creer en mí. Soy una melodía que suena infinitas veces durante el día. Soy la armonía más desorganizada que pudieses encontrar y la chica cuyos sueños son imposibles, pero sigue soñando pese a todo. Un espíritu luchador que NUNCA, ¿me has oído? NUNCA, se cansa.