Es verdad, lo reconozco. Le echo de menos. Quiero volver a sentirle, mirarle a los ojos y hacerle mío de nuevo pero ahora está desaparecido. Le llamo y no hay respuesta. Le llamo pero no tiene valor que lo haga. Y sin él, quiero bajar la velocidad. De momento está perdido pero un día, espero que no tardando, reaparezca por sorpresa.
Mi corazón vagabundo perdiéndose en el olvido lleva... |
Lo quiero todo más lento, quiero tardar más en reaccionar y poder despiezar las ideas antes de decidir. Darme un tiempo, me aclaro y vuelvo. Le recuerdo y mis ojos gritan que echan de menos la humedad. Pero ella no hace nunca caso, simplemente vuelve al ocaso. Llega otras veces cuando no la llaman. Y de repente los convierte en océanos.
Pero siempre llega la inoportunidad. Lo que quieres en un momento aparece en otro que lo rehuyes. Casualidades de la vida o no, no me atrevo a llamarlo destino, pero colocan mi caos mental, y eso me descoloca a mí. Una nube que de repente se convierte en un intenso tornado o simplemente se limita a dejar caer pequeñas gotas de agua bajo las que salgo a cantar. Son ganas de frenar del todo, de estar harta de que todo llegue sin avisar, acepto que llegue de repente, pero no que ni siquiera llame a la puerta.
Tras bajar la velocidad siempre acabas observando todo mejor. Tras la tormenta siempre llega la calma y bajo mi mesa se asoma el monstruo de la desolación segundos antes de que vuelva. Le siento cerca a momentos pero son sólo sensaciones, no sentimientos. No está y no creo que vuelva en un tiempo. Se asustó la última vez y se perdió a su mundo. Creó la coraza que tanto temo siempre, y ahora es más fuerte que otras veces. Y sé que me va a costar quitarle la fortaleza para que vuelva a ser él, pero cuando llegue el momento se desgastará sola.
Está asustado recluido en su rincón, pero con mis simples ayudas cobseguirá ser él de nuevo.
Corazón: Te quiero. Te extraño.
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