Que yo siempre tengo algo que decir.

Teorías vanas e hipótesis irrepetibles que me dan por descabellar en cualquier momento y lugar. A veces pienso esto y otras veces pienso aquello. Puede ser al instante siguiente o que haya pasado una eternidad, pero mis neuronas bailotean segundo tras segundo en mi azotea.

Que digo, ¿qué pienso? Muchas cosas. Puede darme por expresar o por martirizar. Por sentir o escribir. Ausentismo y determinación o cabeza y co-razón.

Inexplicables y evidentes son mis palabras, que a veces vuelan más allá de lo que las permito. Inconformistas hasta decir "¡Basta!" A quién habrán salido...

Quiero todo y a la vez nada, pero ahora mismo, con lo que tengo me basta. Estoy en mi nube azul. Sí, si, esa que cantan. Y no es azul. No tiene color. Está puesta en lienzo blanco para que la pinten. ¿Quién? ¡Y yo que sé! ¡Tampoco me importa! Quien venga, ¡Recibido sea!

Nunca me faltan palabras, siempre tengo algo que decir, por ausencia o por placer..o quizás por no querer desaparecer. Cuando las palabras no surgen de mi cerebro, ya se encarga mi corazón de gritarlas. O quizás susurrarlas.

No sé, solo sé que soy yo, otra vez. Mejor. Buena y mejorada. ¿Una versión 2.0 de mi yo anterior? Prefiero no numerar mis versiones. Sé que ésta es mejor. Con eso basta.

Quiero...quiero...quiero... Sé lo que quiero. ¿lo sé? Y mi respuesta es..... ¡Sí! Ser yo, pero no durante un tiempo y que de repente...¡PUM! se vaya. ¡No, no! Soy yo. La yo que conozco yo. Nadie más. Y he vuelto para quedarme. A veces estaré ausente, si, pero seguiré siendo yo.
Bien, hoy me siento genial.