Eh, carcelero. No me guardes en
recuerdo,
que si sigues viviendo entre el moho de tu pasado, lo llevas
claro, majadero.
No bailes entre la nostalgia que asola
tus noches de luna llena,
que no tienes suficiente oro pa' pagar a
esta prisionera.
Crees firmemente que podrás vivir
alimentándote de tu pasado, créeme , que el que se alimenta es él
de ti. Te reconcome aquel recuerdo de un amor, y tú dejándote
comer.
¡AY! Pasajero del olvido,
eres poco
más que un crío perdido.
Y pa' encontrarte necesitas las plumas del
diablo
que aún te aguarda dormido.
¡AY! Si supieras como anhelo el olor
de tus dulces besos.
El calor de tu logrado pecho.
El Abril de tu
sonrisa y esa copa de sangre
enredada en tus cortinas.
El dormir entre algodón no curó tu
destierro.
Te convirtió la piel en lija y terciopelo.
El desierto de
tus ojos se abre en pedazos al cielo de mi ombligo.
Y mientras, yo,
esperando a mi bandido.
La vela en la que pasas tus noches no
se puede comprar con tierno amargura,
que si se entera la Luna,
no te
dejará dormir ni una hora a la sombra de su abrigo.
¡AY! Pasajero del olvido,
eres mucho
más que un hombre maldito.
Que pa' encontrarte necesitas de un alma
melliza
que no te contemple.
¡AY! Si te hicieras una idea de cuánto
maldigo tus ojos.
De cómo aguanto a la melancolía cada día.
Del
porqué de que en todo lo que escribo
acabo matándote a trozos.
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