De esto que pasa, que un día, cambia
todo. Tu vida, tu mirada, tus lágrimas, tu “rutina”.
Quizás sea por haberte intentado
olvidar, aunque no del todo. Quizás porque la fragancia de tu
colonia ya no prevalece más sobre aquel trocito de papel de
envoltorio. Quizás porque me he reconocido que he de dejarte ir, es
lo que tenemos merecido.
¿Libertad? Quizás es demasiado
hablar de ello, pero algo así es lo que pretendo.
Cambiar, que tu sonrisa la hagan
aparecer otras palabras... que vienen de una boca que jamás hubieras
imaginado. Llega de repente y sin avisar, y supongo que será verdad
eso que dicen, que cuando menos te lo esperas, las cosas suceden.
Tanto para bien como para mal, se esconden unas caras para ser
sustituidas por otras, pero nunca ser olvidadas.
Aún duele pensar en todo lo que fue,
pudo haber sido y a la vez no fue. Ahora ya no sabes si ésto podrá
ser, comenzará, o no acabará.
Improvisación, de ella está hecha mi
vida. De cosas que suceden, de improvisto, de vivir día a día, sin
esperar cosas que sin más, llegan y te llenan. También sin
quererlo, sin desearlo, ni forzarlo.
Ya no sé si es destino, o que pateé
cada una de las piedras del camino. Pero creo que voy labrando el
buen camino...
Viento en popa a toda vela, Grumete.
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