Papel. Boli. Sentimientos.
Esencial para comenzar a describir lo
que siento.
Estaría mejor ahí, contigo.
Pero estoy peor, aquí, sin mi.
Puñaladas segundo tras segundo que
rompen mi máquina en mil pedazos, y cada día más. Y más.
Rayadas, al irte a la cama, y almohadas
empapadas en lágrimas infinitamente saladas, que roban tus miles de
minutos.
Un tiempo, sin ¿Quién? ¿Tú o yo?
Quién sabe...
Ya no soporto más todo esto. Quiero
seguir pero los límites, aún incalculados vuelven y vuelven a
volver.
Esa diferencia entre tú conmigo, y tú,
conmigo y con más.
Te molestaba, ¿no? Ya sabes cual
patada es para mí.
Hemos de ser diferentes al resto de la
gente. Hemos de comportarnos como si de dos extraños se tratara.
Hemos de aguantar las ganas. Hemos de morir deseando secar lágrimas.
No verte, no oír la voz que adoraba
oír cada mañana, no sentir esas manos deslizarse sobre mi piel, no
morder esos labios sabor... no lo sé.
No haber vuelto a probar el veneno que
me activa, y saber que quizás no lo vuelvo a probar jamás... Me
sobrevuela los pensamientos.
Lágrimas. Miles de ellas. Ya no cada
noche, ya no por semana, ya no por ti, sino por mi.
Horas ¿Gastadas? Pensando en ti, y
quizás en mi. Dejarme aparte es un error, hacerlo contigo,
desolación.
Yo no quiero veranos sin tu calor. Ya
solo quiero inviernos envueltos en frío, edredón y manta. Mañanas
heladas con la nariz de payaso, y que pudieras cambiarlo con un solo
tacto.
Payaso... ¿Payaso? Quizás es lo que
hago. El payaso.
¡NO! No lo creo... Solo sigo mi
instinto de fiera devoradora de mi propio corazón. Le desgastaré el
milímetro, pero al menos he sentido.
Siento y sentiré, que sin ti, mi piel
ya no es ni piel, ni mis besos quieren otro dueño, ni mi boca cree
en la derrota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario