martes, 20 de diciembre de 2011

Like Jazz in a sax.

Al sonido del jazz, balancéame como lo hace un saxofón con sus notas. Canta un shoobee doo dándome un beso en la mejilla. Te llega adentro, las notas bailan en el aire y poco a poco llegan a tus oídos. Swing, swing, everybody swing. Todas las notas, una a una te llenan. Y sientes dentro la necesidad de moverte. Comienza por tus pies, das toquecitos en el suelo. Poco a poco, pasa a tus rodillas. Comienza a invadirte. Ahora, chasqueas los dedos. Cada vez más rítmicamente. Más rápido. Cambias de ritmo. Tu cabeza lo acompaña. De repente, te levantas. Empiezas por mover las piernas. Ahora te invade. Coges tu saxofón imaginario y lo tocas. Soplas, cada vez más fuerte. Para que te oiga....¿quién? si el saxofón no suena. Da igual, tu sigues tocando. Imaginas el típico club americano a las 11 de la noche, dónde, en medio de la penumbra, un grupillo de jazz toca su intento de canciones. Improvisan también. Poco a poco, acaba la canción. Dejas tu saxofón en su sitio, y das las gracias al público. Aplauden. Rosas caen en el escenario. De repente, te das cuenta de que no es verdad. Simplemente, el poder de la música ha invadido lo que se llama tu vida durante unos minutos. Te das cuenta de que sigues en tu habitación. Miras tu silla, y vuelves a ella. Te sientas. Pero la adrenalina que la música te ha proporcionado hace difícil estarse quieto. Después de ese gran concierto, ¿quién quiere volver a la realidad?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Conocerme? Atrévete.

Mi foto
Somos lo que el mundo nos deja ser. Soy lo que mi rebelión contra el mundo me hace ser. Soy una sonrisa pegada a una cara. Un sueño inés-perado que me hizo creer en mí. Soy una melodía que suena infinitas veces durante el día. Soy la armonía más desorganizada que pudieses encontrar y la chica cuyos sueños son imposibles, pero sigue soñando pese a todo. Un espíritu luchador que NUNCA, ¿me has oído? NUNCA, se cansa.